El Mundial de Fútbol en la Escuela Pública

Esta mañana tomé un taxi para ir a la casa de Horacio "Batman" Aizpeolea. Siempre la pasamos muy bien viendo fútbol en su casa. En el camino el taxista me cuenta que su hija, estudiante de 4° año en una escuela estatal, no tiene clases por el partido.

Argentina gana, juega bárbaro, y vamos al Bernasconi con el delantal y grandes sonrisas. Me cruzo a una maestra de la primaria que iba a dar clases con la cara pintada de celeste y blanco. Por supuesto, me dice.

Mi nene me contó que una "señorita", que no es la suya, arengó a los pibes a ver el partido, el primero. "Mañana, a ver el partido", dijo. (Tarea para el hogar).

En el bar de la escuela Juan me contaba que el otro día su nene volvió del Jardín cantando una canción de cancha. ¿De dónde sacaste eso?, le preguntó. Del Jardín. A Juan, profesor de diseño en la UBA, los alumnos le preguntaron si el miércoles próximo iba a dar clases. Sí, voy a dar clases, a lo sumo nos juntamos y vemos el partido, pero son cuatro horas de clase.

Mi hijo dibuja banderas y dice que son de equipos de fútbol. Son de países, hijo, no de equipos.

Digo yo: ¿me estaré volviendo un viejo pacato o se están yendo al carajo?